
Incentivos laborales: Cómo impulsar a los equipos sin dejar de lado los objetivos de la empresa
En el competitivo escenario laboral en el que vivimos, los incentivos laborales se han convertido en herramientas clave en la gestión de recursos humanos, ya sea para motivar a los empleados, mejorar el desempeño y fomentar la retención del talento en las empresas.
Así, cada empresa va ofreciendo beneficios a sus empleados según las necesidades de las personas y la realidad del equipo de trabajo o de las funciones que realiza cada trabajador, aunque esta decisión no siempre es la más adecuada.
Sin embargo, los nuevos métodos de trabajo que hemos conocido en los últimos años, la nueva visión sobre la industria y las formas de ver el trabajo dentro de la vida de cada colaborador han hecho que estos incentivos se modifiquen en el último tiempo, con ventajas y preocupaciones que se reflejan en el día a día.
El salario ya no es lo principal
Uno de los puntos clave a la hora de hablar sobre los incentivos laborales es el sueldo de cada trabajador. Si bien es importante ofrecer un salario competitivo, hay que aceptar que esto ya no es la única prioridad dentro de los colaboradores, quienes cada vez ponen más énfasis en beneficios sociales y de bienestar.
Es verdad que ofrecer un salario competitivo ayuda a atraer a candidatos calificados y a retener a empleados talentosos que de otro modo podrían ser tentados por ofertas de otras empresas, pero apelar sólo a este tipo de bonos también puede llevar a perder la oportunidad de motivar a los empleados de otras formas que no impliquen un gasto financiero directo.
En este caso, lo ideal es que el salario de cada trabajador esté en línea con el valor que aportan a la empresa y con el mercado laboral en general, proporcionando una estabilidad financiera que puede reducir el estrés y mejorar el desempeño laboral de los colaboradores.
Lo clave de la flexibilidad y las nuevas formas de trabajo
Hoy, muchos trabajadores priorizan beneficios que vayan directamente relacionados con su bienestar y el equilibrio entre trabajo y vida personal. Por esto, la flexibilidad laboral o el teletrabajo es vista como una de las principales ventajas a la hora de postular o mantenerse en un trabajo, ya que permite a los empleados adaptar sus horarios de trabajo para satisfacer sus necesidades personales y familiares.
En esta línea, ofrecer opciones de trabajo flexibles, híbridas o con jornadas de teletrabajo pueden ser un diferenciador clave para atraer a candidatos talentosos que valoran la autonomía y la libertad para organizar su tiempo, además de mejorar la satisfacción laboral y la calidad de vida en general dentro de los equipos.
Pero esto también puede provocar problemas, por ejemplo, al dificultar la coordinación y la colaboración entre equipos si no se establecen canales de comunicación claros y sistemas de seguimiento eficaces.
Así mismo, es crucial tener una capacidad de supervisión y evaluación del desempeño más amplia en entornos de trabajo flexibles, ya que se hace necesario confiar en la autorregulación de los empleados.
Entender a los trabajadores sin olvidar sus necesidades
Para poder ofrecer incentivos que realmente aporten al bienestar de los trabajadores, es importante entender que no todos los empleados tienen las mismas necesidades o preferencias. Por lo tanto, es necesario estudiar opciones personalizadas que se ajusten a las circunstancias individuales de cada trabajador.
Por ejemplo, beneficios sociales como seguros de salud complementarios o los programas de bienestar contribuyen al bienestar físico, emocional y financiero de los empleados, aumentando la lealtad de los empleados hacia la empresa y reduciendo la rotación de personal al crear un sentido de pertenencia y seguridad laboral.
Pero es clave entender que no todos los empleados tienen las mismas realidades o necesidades, ya que algunos tienen familia o hijos, mientras otros no tienen ese tipo de responsabilidades. Así, esto puede cambiar la visión de cada persona sobre este tipo de incentivos, llevando a una percepción de injusticia o inequidad en la distribución de los recursos.
Algo similar ocurre con aquellos programas que promueven el desarrollo profesional dentro de los colaboradores, ya que ayudan a los empleados a adquirir nuevas habilidades y competencias que pueden mejorar su desempeño en base al valor que las personas tienen sobre las oportunidades de crecimiento y desarrollo profesional.
En estos casos, es muy importante que estas oportunidades de desarrollo estén alineadas con las expectativas de los empleados y con la visión a futuro dentro de la empresa, ya que si el esfuerzo del trabajador no conduce a oportunidades de avance real, puede generar desilusión y desmotivación.
Encontrar el equilibrio entre el bienestar y los objetivos de la empresa
Ofrecer los incentivos laborales adecuados es fundamental para impulsar la motivación, el compromiso y el bienestar de los empleados, pero también es importante no perder de vista los objetivos y la realidad de la empresa.
En esta línea, evaluar cuidadosamente el costo financiero de los incentivos ofrecidos en relación con su valor percibido por los empleados ayuda a mantener un equilibrio entre los gastos y los beneficios que se pueden ofrecer, asegurando que el monto sea justificado y que los incentivos sean valorados por la fuerza laboral.
Asimismo, es crucial comunicar de manera clara y transparente los beneficios ofrecidos, así como los criterios para acceder a ellos, para evitar confusiones o malentendidos por parte de los empleados.
Finalmente, es muy importante realizar evaluaciones periódicas para determinar la efectividad de los incentivos ofrecidos y realizar ajustes según sea necesario, para mantener su relevancia y maximizar su impacto.
Los incentivos laborales son una herramienta esencial para motivar y comprometer a los empleados, pero no hay una solución única que se ajuste a todas las empresas o situaciones.
Por esta razón, es clave que las empresas evalúen cuidadosamente las necesidades y preferencias de su fuerza laboral y diseñen un conjunto de incentivos que sean efectivos, equitativos y alineados con los objetivos organizacionales a largo plazo.
Al comprender las ventajas y desventajas de diferentes tipos de incentivos laborales, las empresas pueden desarrollar estrategias más efectivas para impulsar el rendimiento y el compromiso de sus empleados.