Siguiendo con el acuerdo transversal al que llegó el Congreso en 2022, el próximo 1 de septiembre de 2023 tendremos un nuevo aumento en el salario mínimo a nivel nacional.

Esta vez, el sueldo aumentará en $20.000, pasando de $440.000 a $460.000, tal como se estipuló en la ley aprobada en el parlamento el año pasado, la que establece un aumento gradual de este índice hasta alcanzar los $500.000 a mediados de 2024.

Pero, en un momento de crisis económica e inestabilidad en el empleo dentro del país, se hace necesario entender el escenario que se vive en Chile en la actualidad, entendiendo los beneficios de este aumento, pero también los problemas que podría acarrear dentro del mercado laboral en los próximos meses.

¿Qué beneficios brinda el aumento del sueldo mínimo?

Cualquier aumento del salario mínimo en el país debe ser considerado en principio como algo positivo, ya que va enfocado directamente en apoyar a aquellos trabajadores de menos recursos, pero también busca dar un impulso a la economía en general.

Para los trabajadores que actualmente ganan el sueldo mínimo, este reajuste significa un aumento de sus ingresos, lo que les permite mejorar en parte su calidad de vida, poder acceder a mayores bienes y servicios básicos, haciendo frente a la inflación que hemos vivido como país en esta crisis.

Asimismo, este crecimiento en el monto mínimo actúa como un apoyo a aquellos trabajadores que suelen tener bajos niveles de educación o formación. También se suman los trabajadores jóvenes o las mujeres, quienes suelen tener ingresos más bajos.

En tanto, para la economía en general, el aumento del sueldo mínimo puede tener efectos positivos, ya que puede estimular el consumo. Cuando los trabajadores tienen más dinero, suelen gastar más, lo que ayuda a impulsar la economía dentro del país.

Los problemas asociados al reajuste

Si bien en teoría el aumento del sueldo mínimo es bueno, no se puede dejar de lado los desafíos y problemas que este reajuste puede provocar en la industria, considerando que su implementación conlleva fuertes cambios a los costos de producción dentro de las empresas nacionales.

En esta línea, el principal desafío de las empresas es poder equilibrar sus resultados y su funcionamiento con el aumento intrínseco de los costos asociados al pago de salarios de sus trabajadores.

Cuando las empresas tienen que pagar más a sus trabajadores, también se pueden ver impulsadas a aumentar sus precios, lo que puede generar un impacto negativo en la economía, ya que alimenta el ciclo inflacionario dentro del país.

Pero el aumento de costos no solo se ve reflejado en los precios de los productos o servicios, sino que también en el descenso en la inversión que realizan las empresas en estos escenarios, ya que sumado a la crisis global que atraviesa la sociedad actual, se hace menos atractivo impulsar nuevos proyectos o fortalecer a los equipos de trabajo.

Por esto, el aumento del salario mínimo puede afectar a la recuperación del empleo en el país, la cual se ha estancado en los últimos meses e, incluso, ha mostrado números negativos en el último periodo.

Cuando aumentan los costos de funcionamiento dentro de las empresas, en muchos casos se opta por reducir planillas, despidiendo trabajadores o suspendiendo los procesos de selección, lo que aumenta directamente a los niveles de desempleo, especialmente entre los trabajadores que tienen menores calificaciones.

Las Pymes, el gran afectado por el reajuste

En los periodos de aumento del salario mínimo, gran parte de la atención sobre los efectos que tendrá este cambio, recaen sobre las pequeñas y medianas empresas (PYMES), ya que la naturaleza de este tipo de negocios lleva a que el golpe generado por el reajuste salarial sea mayor.

En Chile, más del 70% de los trabajadores que reciben el sueldo mínimo trabajan en empresas pequeñas o medianas. Por lo tanto, el aumento del sueldo mínimo puede tener un impacto significativo en estas empresas.

Además, no se puede obviar las dificultades financieras que han tenido este tipo de empresas en los últimos años, ya sea por el aumento gradual de los sueldos, el descenso en las ventas generado por la crisis económica o las dificultades para desempeñarse en un mercado en creciente competitividad.

Por esto, el Gobierno ha mantenido las medidas de apoyo hacia las PYMES, que se vienen generando desde el comienzo del aumento gradual del salario, que busca llegar a los $500.000 en 2024.

De hecho, el principal soporte será la mantención ya informada, del subsidio al sueldo mínimo para Mipymes, el cual entrega apoyo a estas empresas, orientada a aquellos trabajadores que reciban sueldos entre el mínimo y los $500.000, proceso cuyas postulaciones estarán abiertas hasta el 17 de septiembre.

Asimismo, se mantendrán las exenciones tributarias a las empresas acogidas al régimen propyme hasta 2024, además del beneficio de alivio a la deuda tributaria y las condonaciones a aquellas empresas que postulen a través del sitio del Servicio de Impuestos Internos.

Si bien las fechas eran conocidas desde hace un año, el escenario económico que atraviesa nuestro país, hace que cada proceso de aumento del sueldo mínimo sea esperado con mesura y preocupación por parte del mercado.

Por esto, a pesar de la buena noticia que trae este aumento en el salario mínimo a partir de septiembre, el llamado y la recomendación general es a mantener la cautela y a cuidar los ingresos en este momento, y si es posible ahorrar, debido a las dificultades financieras que ha traído la crisis y a los posibles problemas que se puedan generar en los índices de desempleo en un futuro cercano.