Sueldo mínimo en Chile: ¿Cuándo podría venir un nuevo aumento del salario?
El salario mínimo en Chile es un tema de alta relevancia económica y social, que impacta tanto a los trabajadores como a los empleadores.
Pero, a diferencia de lo que ha ocurrido tradicionalmente, en los últimos años hemos visto un aumento constante y por sobre todo, conocido con anterioridad, debido a los acuerdos políticos que permitieron el incremento evolutivo hasta el sueldo mínimo vigente en la actualidad.
En 2024, el gobierno completó un aumento histórico que elevó este ingreso a los $500.000, proceso que se venía esperando hace años por parte de los trabajadores, pero que también fue mirado con reservas por parte de algunas empresas.
Sin embargo, todavía hay ajustes pendientes que determinarán la evolución del salario mínimo en 2025.
¿Cuándo fue el último aumento del sueldo mínimo?
En julio pasado, el sueldo mínimo en Chile alcanzó los $500.000 para aquellos trabajadores de entre 18 y 65 años que cuentan con un contrato que defina una jornada ordinaria de 44 horas semanales, cifra que representó un incremento de $40.000 respecto al aumento anterior y cumplió una de las promesas clave del Ejecutivo.
El objetivo de este cambio fue mejorar las condiciones de vida de los trabajadores en un contexto de aumento en el costo de bienes y servicios esenciales, aunque se ha visto afectado por la constante inflación que ha afectado al país en los últimos meses, por lo que el efecto directo hacia las personas beneficiadas no fue tan impactante como se esperaba.
Aun así, este incremento sigue planteando desafíos significativos para las empresas, especialmente para las PYMES, que representan gran parte del tejido productivo del país y que muchas veces operan con márgenes de ganancia mucho más estrechos.
¿Cuándo sería el próximo reajuste del sueldo mínimo?
El próximo reajuste del sueldo mínimo en Chile está programado para el 1 de enero de 2025, aunque aún no se sabe el porcentaje del cambio, ya que la modificación será determinada por la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) entre julio y diciembre de 2024.
En este caso, si el IPC registra un incremento positivo, el sueldo mínimo aumentará en la misma proporción. En cambio, si el IPC no sufre variación o es negativo, el monto se mantendrá en $500.000, sin modificaciones. Este enfoque busca garantizar estabilidad para empleadores y trabajadores en un contexto de inflación controlada.
Además, en mayo de 2025 podría haber un nuevo ajuste salarial, dependiendo de las negociaciones entre el gobierno y las agrupaciones sindicales, moción que podría ser presentada al Congreso como proyecto de ley para su aprobación a más tardar en marzo.
La posibilidad de este ajuste refleja la intención de seguir avanzando hacia ingresos más justos, aunque estará condicionado por la situación económica del país y el acuerdo entre las partes.
¿Cuáles son los efectos del aumento del sueldo mínimo en pequeñas y medianas empresas?
El incremento del sueldo mínimo impacta directamente a las pequeñas y medianas empresas (pymes), que conforman más del 90% de las compañías en Chile y generan una parte significativa del empleo formal.
Uno de los efectos más evidentes es el aumento de los costos laborales, lo que obliga a las empresas a revisar su estructura de gastos. Esto puede derivar en una reducción de personal, menor contratación, externalización o ajustes en otras áreas operativas para equilibrar las finanzas.
Por otro lado, este aumento puede afectar la competitividad de las pymes, especialmente en sectores como el comercio, servicios y manufactura, donde los márgenes son más ajustados. Incluso, puede haber empresas que no logren adaptarse a los nuevos costos, enfrentando el riesgo de disminuir su presencia en el mercado o incluso cerrar.
De hecho, el impacto de este aumento si se considera la economía informal puede ser mixto. Por un lado, un salario mínimo más alto puede incentivar a algunos trabajadores a buscar empleos formales que ofrezcan mayor estabilidad y beneficios. Por otro lado, las empresas que no pueden asumir los costos pueden optar por recurrir a la contratación informal, afectando negativamente los derechos laborales de los empleados.
Para mitigar estos efectos, el gobierno ha implementado medidas como subsidios para las empresas más pequeñas, facilitando la transición hacia un salario mínimo más alto y buscando aliviar la presión financiera sobre las pymes mientras se cumple con el objetivo de mejorar los ingresos de los trabajadores.
¿Qué ocurre con los trabajadores que no cumplen con los requisitos para optar al sueldo mínimo?
Si bien el sueldo mínimo beneficia a una amplia mayoría de los trabajadores, existen excepciones y casos específicos que es importante tener en cuenta.
Por ejemplo, los trabajadores menores de 18 años y mayores de 65 años no están incluidos en el monto de $500.000. En cambio, su ingreso mínimo está fijado en $327.989 desde julio de 2024, diferenciación que responde a las características particulares de estos grupos etarios, que suelen tener condiciones laborales especiales.
En el caso de jornadas parciales o sin horario fijo, el sueldo mínimo se calcula proporcionalmente según el tiempo efectivamente trabajado. Este esquema garantiza que los empleados que no cumplen una jornada completa reciban una remuneración acorde a las horas laboradas.
Por su parte, el personal contratado a honorarios no está sujeto al sueldo mínimo, ya que su compensación depende de acuerdos específicos y no de las disposiciones generales del Código del Trabajo. Esto también aplica a ciertos roles definidos como no remuneracionales (asignaciones de movilización, de pérdida de caja, de desgaste de herramientas y de colación; los viáticos, las prestaciones familiares legales, la indemnización por años de servicios legales, etc), para los cuales el ingreso mínimo se fijó en $322.295 en 2024.
El aumento del sueldo mínimo en Chile refleja el esfuerzo por construir un país más equitativo y con mejores condiciones laborales. Sin embargo, estos cambios también presentan desafíos, especialmente para las pymes y los sectores más vulnerables de la economía.
Con nuevos ajustes previstos para 2025, es fundamental que tanto trabajadores como empleadores estén informados sobre las regulaciones y sus implicancias. La clave estará en equilibrar las necesidades de los empleados con la sostenibilidad de las empresas, garantizando que los beneficios de estas políticas sean ampliamente compartidos.
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